LAS RABIETAS
Entendemos por rabietas aquellos comportamientos (de llanto, grito, tirarse al suelo, encerrarse, enfurruñarse, quejarse, etc.), que aparecen cuando no se satisface algunas de las demandas del niño/a y “le frustramos” (las da habitualmente para “conseguir algo” o para “librarse de algo) o como llamada de atención (con menor frecuencia).
¿Por qué tienen RABIETAS los niños?
Es un recurso que emplean para llamar la atención y al que recurren cuando no ven otra forma de que el adulto atienda lo que los niños perciben como necesidades emocionales o físicas en un momento determinado
¿Y hay alguna forma de prevenir esos episodios?
Prever las situaciones puede ayudar. Por ejemplo, si vas al supermercado, lo mejor es que te asegures de que el niño no tiene hambre ni sueño. También conviene evitar las “islas de tentación”, donde estantes a nivel de los ojos del niño ofrecen todo tipo de productos atractivos. Hay que pensar que el niño no tiene capacidad para saber lo que le conviene o no le conviene. Su cerebro funciona aún mediante mecanismos sencillos de deseo/satisfacción. En contra de lo que algunos padres creen, el niño tampoco tiene la capacidad mental para planear esos episodios “a propósito”.
¿Cuál debe ser la actitud que deben tener los padres si el niño tiene una pataleta? Recordemos que los niños las tienen porque quieren llamar la atención. Da lo mismo que la atención sea positiva o negativa, pero desean una atención del 100%. Quieren que dejes tu vida a un lado y les dediques esa atención total. Si pierdes la calma y gritas, les estás dando lo que quieren. Lo mejor –aunque a veces es difícil conseguirlo– es ignorar la pataleta, hacer como que no te enteras. En casa, el niño debe sentir que ese episodio no interrumpe la marcha de las cosas. Una vez que el niño se ha calmado, puedes negociar con él, diciendo: “Me he dado cuenta de cómo te has portado, pero de ese modo no vas a conseguir que te haga caso. Si necesitas algo, díselo a mamá o a papá. Las pataletas no sirven de nada”.
¿Hay que reprender o castigar al niño después de una pataleta? R. Un recurso útil es hacer que se siente en un lugar solo y que se aburra durante un rato. Ese “apartamiento” debe durar un minuto por año de vida del niño. Con el tiempo, muchos niños buscan voluntariamente ese momento de silencio y se sientan ellos en ese lugar. Si el niño se resiste a permanecer quieto, se le puede decir: “Estás ‘apartado’ y, para mí, es como si fueras invisible”. Por supuesto, debes hacer como si no le vieras, aunque estés pendiente de su seguridad. Hasta los 5 años, la magia es real para los niños. Si les dices que no los ves, se lo creerán.
¿Qué hacer si la pataleta se produce en un lugar público, como un supermercado? Cualquier adulto que tenga niños entenderá perfectamente lo que ocurre si ve que haces como que ignoras la pataleta. En cambio, no entenderán que grites al niño o que le des un azote. Algunos adultos te lanzarán miradas contrariadas al oír el escándalo, pero lo más probable es que esas personas no hayan tenido niños, por lo que su opinión no cuenta. De hecho, nunca te entenderían. Por supuesto, si ves que el niño puede hacer algo inconveniente o peligroso debes intervenir inmediatamente. A veces, lo mejor es coger al niño en brazos, dejar el carro lleno de compra y volver a casa.
De todos modos, en un supermercado no puedes castigarle con un rato de silencio… Un truco es hacerle una “marca” en la mano con un rotulador y decirle que hablarás con él más tarde. Al llegar a casa, puedes señalar la marca y decirle: “¿Por qué tienes esta marca en la mano? ¿Qué hacías cuando te la hice? ¿Estabas gritando y pataleando?”. Entonces puedes decirle que tiene que cumplir su rato de silencio. P. ¿A qué edad dejan de tener pataletas los niños?
La socialización es una de las cosas más importantes que aprenden los niños en preescolar. A los 6 años, los niños ya no suelen tener pataletas. Si las tienen, conviene consultar el problema a un psicólogo infantil.
PROCEDIMIENTO DE ELIMINACIÓN
a) Tomar LA FIRME decisión de actuar correctamente.
b) Dejar de atender las rabietas de forma absoluta, en todos los grados y en todos los casos.
c) Estar muy atento para atender cualquier demanda que sea un poco más correcta.
ATENCIÓN
Ø Actuar igual en todos los lugares y situaciones (tiendas, calle, bares, con visitas, etc.)
Ø Mantenerse sin ceder y actuar con calma ante sus insistencias posiblemente incorrectas.
Ø Enseñarle (de manera práctica, por acción) otra alternativa, potenciarla y atenderla. No suele ser eficaz trabajarlo racionalmente con el niño. Puede decir que sí, pero hacer que no. Alguna explicación viene bien. Extenderlas o insistir, sobra y puede ser contraproducente.
Ø Después de que se le pase la rabieta, actuar con normalidad como si no se hubiera producido.
Ø Si al no atender su rabieta, inicia comportamientos muy incorrectos o peligrosos que no son la rabieta, sancionarlos como haríamos en cualquier otra situación con ese comportamiento.
Ø Tratar de manera diferente las rabietas que aparezcan por sueño, cansancio, fiebre, etc.
CUIDADO
Es posible que como consecuencia de la rabieta aparezcan comportamientos incorrectos. Habrá que diferenciar los malos gestos e incluso frases no deseables (ignorarlo) y también otros peligrosos o muy graves (corregirlos).
IMPORTANTE
(A) Hay que saber que cuando empecemos a no atender las rabietas, la conducta en lugar de disminuir va a aumentar (en intensidad, duración, variabilidad, etc.) durante un tiempo breve.
(B) Luego va disminuyendo. Más rápidamente si atendemos bien las demandas correctas.
(C) Cuando las rabietas ya sean pocas o bajas en intensidad hay que tener presente que ocasionalmente volverán a aparecer. Actuar entonces como teníamos prefijado al principio de las rabietas.
Entendemos por rabietas aquellos comportamientos (de llanto, grito, tirarse al suelo, encerrarse, enfurruñarse, quejarse, etc.), que aparecen cuando no se satisface algunas de las demandas del niño/a y “le frustramos” (las da habitualmente para “conseguir algo” o para “librarse de algo) o como llamada de atención (con menor frecuencia).
¿Por qué tienen RABIETAS los niños?
Es un recurso que emplean para llamar la atención y al que recurren cuando no ven otra forma de que el adulto atienda lo que los niños perciben como necesidades emocionales o físicas en un momento determinado
¿Y hay alguna forma de prevenir esos episodios?
Prever las situaciones puede ayudar. Por ejemplo, si vas al supermercado, lo mejor es que te asegures de que el niño no tiene hambre ni sueño. También conviene evitar las “islas de tentación”, donde estantes a nivel de los ojos del niño ofrecen todo tipo de productos atractivos. Hay que pensar que el niño no tiene capacidad para saber lo que le conviene o no le conviene. Su cerebro funciona aún mediante mecanismos sencillos de deseo/satisfacción. En contra de lo que algunos padres creen, el niño tampoco tiene la capacidad mental para planear esos episodios “a propósito”.
¿Cuál debe ser la actitud que deben tener los padres si el niño tiene una pataleta? Recordemos que los niños las tienen porque quieren llamar la atención. Da lo mismo que la atención sea positiva o negativa, pero desean una atención del 100%. Quieren que dejes tu vida a un lado y les dediques esa atención total. Si pierdes la calma y gritas, les estás dando lo que quieren. Lo mejor –aunque a veces es difícil conseguirlo– es ignorar la pataleta, hacer como que no te enteras. En casa, el niño debe sentir que ese episodio no interrumpe la marcha de las cosas. Una vez que el niño se ha calmado, puedes negociar con él, diciendo: “Me he dado cuenta de cómo te has portado, pero de ese modo no vas a conseguir que te haga caso. Si necesitas algo, díselo a mamá o a papá. Las pataletas no sirven de nada”.
¿Hay que reprender o castigar al niño después de una pataleta? R. Un recurso útil es hacer que se siente en un lugar solo y que se aburra durante un rato. Ese “apartamiento” debe durar un minuto por año de vida del niño. Con el tiempo, muchos niños buscan voluntariamente ese momento de silencio y se sientan ellos en ese lugar. Si el niño se resiste a permanecer quieto, se le puede decir: “Estás ‘apartado’ y, para mí, es como si fueras invisible”. Por supuesto, debes hacer como si no le vieras, aunque estés pendiente de su seguridad. Hasta los 5 años, la magia es real para los niños. Si les dices que no los ves, se lo creerán.
¿Qué hacer si la pataleta se produce en un lugar público, como un supermercado? Cualquier adulto que tenga niños entenderá perfectamente lo que ocurre si ve que haces como que ignoras la pataleta. En cambio, no entenderán que grites al niño o que le des un azote. Algunos adultos te lanzarán miradas contrariadas al oír el escándalo, pero lo más probable es que esas personas no hayan tenido niños, por lo que su opinión no cuenta. De hecho, nunca te entenderían. Por supuesto, si ves que el niño puede hacer algo inconveniente o peligroso debes intervenir inmediatamente. A veces, lo mejor es coger al niño en brazos, dejar el carro lleno de compra y volver a casa.
De todos modos, en un supermercado no puedes castigarle con un rato de silencio… Un truco es hacerle una “marca” en la mano con un rotulador y decirle que hablarás con él más tarde. Al llegar a casa, puedes señalar la marca y decirle: “¿Por qué tienes esta marca en la mano? ¿Qué hacías cuando te la hice? ¿Estabas gritando y pataleando?”. Entonces puedes decirle que tiene que cumplir su rato de silencio. P. ¿A qué edad dejan de tener pataletas los niños?
La socialización es una de las cosas más importantes que aprenden los niños en preescolar. A los 6 años, los niños ya no suelen tener pataletas. Si las tienen, conviene consultar el problema a un psicólogo infantil.
PROCEDIMIENTO DE ELIMINACIÓN
a) Tomar LA FIRME decisión de actuar correctamente.
b) Dejar de atender las rabietas de forma absoluta, en todos los grados y en todos los casos.
c) Estar muy atento para atender cualquier demanda que sea un poco más correcta.
ATENCIÓN
Ø Actuar igual en todos los lugares y situaciones (tiendas, calle, bares, con visitas, etc.)
Ø Mantenerse sin ceder y actuar con calma ante sus insistencias posiblemente incorrectas.
Ø Enseñarle (de manera práctica, por acción) otra alternativa, potenciarla y atenderla. No suele ser eficaz trabajarlo racionalmente con el niño. Puede decir que sí, pero hacer que no. Alguna explicación viene bien. Extenderlas o insistir, sobra y puede ser contraproducente.
Ø Después de que se le pase la rabieta, actuar con normalidad como si no se hubiera producido.
Ø Si al no atender su rabieta, inicia comportamientos muy incorrectos o peligrosos que no son la rabieta, sancionarlos como haríamos en cualquier otra situación con ese comportamiento.
Ø Tratar de manera diferente las rabietas que aparezcan por sueño, cansancio, fiebre, etc.
CUIDADO
Es posible que como consecuencia de la rabieta aparezcan comportamientos incorrectos. Habrá que diferenciar los malos gestos e incluso frases no deseables (ignorarlo) y también otros peligrosos o muy graves (corregirlos).
IMPORTANTE
(A) Hay que saber que cuando empecemos a no atender las rabietas, la conducta en lugar de disminuir va a aumentar (en intensidad, duración, variabilidad, etc.) durante un tiempo breve.
(B) Luego va disminuyendo. Más rápidamente si atendemos bien las demandas correctas.
(C) Cuando las rabietas ya sean pocas o bajas en intensidad hay que tener presente que ocasionalmente volverán a aparecer. Actuar entonces como teníamos prefijado al principio de las rabietas.
y eliminar la rabieta de gente grande?
ResponderEliminarmi hijo tiene 6 años y todos los dias llora en el kinder no hace caso ala tia no ace tareas por favor si ustedes saben como quitarlas se lo agradeceria.
ResponderEliminarEugenia:
ResponderEliminar1ºLo primero sería intentar averiguar la raiz de ese comportamiento.¿Es solo en relación al colegio y con su tía?
2ºSi la respuesta es "no" sería conveniente que el niño fuera valorado por un psicólogo que determine las causas de dicho comportamiento.
3ºSi la respuesta a la primera pregunta es "si".Debemos averiguar que está pasando en el colegio.Para ello hablar con la profesora,puede que haya problemas con algún otro niño o de otra índole que desconocemos.