jueves, 5 de marzo de 2009

POEMA AL PADRE

Oye negra,

¿Te puedo hablar?

ya los chicos se han dormido

Asi que, deja el tejido

que después te equivocas.

Hoy te quiero preguntar

Por qué motivo las madres

amenazan a sus hijos

Con ese estribillo fijo

de ¡Ah, cuando venga tu padre!

Y con tu padre de aquí

y con tu padre de allá

Resulta que al final

al verme llegar a mí

Ven entrar a Caín

y escapan por todos lados.

Y yo, que vengo cansado

de trabajar todo el día

recibo de bienvenida

una lista de acusados.

Tú empiezas con tus quejas

y yo tengo que enojarme

Igual que hacía mi padre

al escuchar a su vieja.

Entraba a fruncir la ceja

apoyando a ese fiscal

que en medio del temporal

se erigía en defensora

Lo mismo que tú ahora

que siempre me dejas mal

Si los perdono,¡que ejemplo!

¡es así como los educas!.

Si los castigo, ¡no tienes sentimientos!.

A mí, a mí que llegué contento

y no tuve más remedio

que poner cara de serio

Y escuchar tu letanía.

A mí, a mí que me paso el día

pensando en jugar con ellos

yo sueño en llegar a casa

y olvidarme felizmente

del trabajo de la gente

y de todo lo que pasa .

Los hijos son la esperanza

y el porqué de nuestras vidas

Por eso nunca les digas...

¡ah, cuando venga tu padre!

No quiero encontrar culpables

quiero encontrar alegría

que no me pongas de escudo

como lo hacía mi madre

que consiguió que a mi padre

lo imaginara un verdugo.

El llegaba y te aseguro

que se acababan las risas

Y en lugar de una caricia

o hablarle como a un amigo

lo miraba compungidopres

intiendo una paliza

y el pobre que me entendía,

sacudiendo la cabeza

escuchaba con tristeza

lo que mi madre decía

Y que él, y que él de sobra sabía

Que con éste no se puede,

que me pinta las paredes

que trajo las suelas rotas,

que la calle, la pelota

que me saca canas verdes

¡a la cama sin cenar!

Aburrido me ordenaba

mi madre me consolaba

y yo, yo lo culpaba a él

a él que había llegado

recién de trabajar, cansado

y ya lo había yo amargado

con todas mis travesuras

los hijos nunca analizan

el sentimiento del padre

porque el brillo de la madre

es tan fuerte que lo eclipsa

Déjame negra que llore,

es tan lindo desahogarse

En fin, veamos, veamos

que hacen nuestros enanos.

Mira esos pantalones

Tápale un poco a la nena

Si, si ya sé, no me lo digas

Hoy se fué a la calle sola

Acuéstate rezongona,

mañana, mañana será otro día

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